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Leonardo Ferrini: el debutante que no se siente novato

11/11/2019

Leonardo Ferrini Fotos: AVS Photo Report

Carlos Valmore Rodríguez | BeisbolPLay

Maracay.- Cuando saltó al terreno del Universitario para ocupar el shortstop de los Leones del Caracas en el juego inaugural de la temporada 2019-2020, Leonardo Ferrini entró en el libro de rarezas del beisbol profesional venezolano. Pasó a ser el décimo quinto jugador que se ha estrenado en la LVBP después de cumplir los 30 años de edad, y el quinto después de la campaña primogénita de 1946, cuando todos eran nuevos. Se admite debutante. Novato, no.

“No me siento como un novato porque tengo mucha pelota encima”, dice con serenidad este toletero derecho que ha tenido un rol relevante en la primera semana del certamen. Cada oportunidad, cada turno, cada lance, es una victoria personal, la recompensa para un perseverante impenitente que nunca arrió sus banderas, pese a que nada le llegó por obra y gracia del Espíritu Santo. “Nunca desistí”, expresa Ferrini, quien jamás se arredró por tener siempre el viento en contra desde el momento cuando escogió ser pelotero profesional con setenta kilos de peso.

“Era un chamo muy delgadito, con una mamá muy entregada y que fue visto por muchas organizaciones sin que ninguna se interesara en él. Fue un proceso difícil, hasta que finalmente firmó con los Azulejos de Toronto”, reconstruye el pasado de Ferrini, José Luis Montero, en cuya academia barquisimetana se formó para el profesional el debutante treintón de los Leones del Caracas.

“Algo que siempre recuerdo en sus try outs era cuando le empezaban a dar rollings para que los fildeara”, describe Montero. “Cuando llegaba al quinto, sexto rolling se volteaba, doblaba los rodillas, vomitaba y seguía. Yo creo que eran los nervios, no que se sintiera mal o cansado, pues era muy disciplinado. Y también fue difícil para él cuando lo dejaron libre. Ese muchacho pasó al menos dos años buscando papeles para poder ir a jugar a Italia como nacional gracias a sus ancestros.  Qué bonito que se le presentara esta oportunidad en la liga”.

 

EL GRADIADOR MENUDO

Ferrini, más que un pelotero, es un luchador obstinado, un terco consumado, un porfiado. Tantas señales recibió para desistir y las desestimó todas. A los 30 años de edad hay carreras en la LVBP que están terminado. La de él está comenzando.

“Que haya debutado con treinta años es un poco extraño porque esta liga se caracteriza por darle chance a los jóvenes”, apunta Ferrini. “La oportunidad llegó a los 30 años, pero nunca desistí porque todo pelotero venezolano sueña con jugar en la liga profesional de su país. Sí pensé en rendirme cuando estaba con Cardenales de Lara y nunca llegó la oportunidad. No te sé decir porqué, no lo controlo yo. Eran otros tiempos, otro beisbol. Me llegó la oportunidad gracias a los Leones del Caracas y la estoy aprovechando”.

Y desde el juego uno demostró que es capaz de batear. Logró su primer hit en la LVBP doce años después de su firma como profesional. Hacia la banda opuesta, como aprendió a hacerlo.

 

Leonardo Ferrini recibió del Caracas, la oportunidad que no tuvo con Cardenales

 “En el primer turno no pude hacer el trabajo de traer una carrera al equipo con un fly de sacrificio, pero en el segundo me concentré más, estaba menos ansioso, busqué mi pitcheo y me fui a la banda contraria, que es algo que me caracteriza. No me importó mucho cómo fue el hit, sino que salió”, relató Ferrini, que le atribuye buena parte de lo aprendido en el beisbol a las tantas veces menospreciada liga italiana.

“Ella me ha ayudado a madurar como pelotero”, comentó.  “Es una liga en la que tienes que hacer muchos ajustes porque solo juegas los fines de semana y debe estar preparado física y mentalmente para la oportunidad. Es difícil para un bateador tomar ocho, diez turnos a la semana. Gracias a esa madurez adquirida allá me sentía preparado para la oportunidad. Sabía lo que tenía que hacer”.

Allá tampoco durmió en lecho de rosas. Además de pasar dos años documentando sus orígenes italianos (el circuito de la Bota solo admite tres extranjeros en el campo), Ferrini no comenzó de una vez en la liga principal. “Comencé con el Piacenza, cerca de Milán, un equipo de la A 2, que es como la segunda división. Y estuve dos años ahí. Luego subí a la liga grande con el Reggio Emilia, pero en calidad de préstamo, subiendo y bajando. La primera vez que tuve la oportunidad de estar fijo fue con el Nettuno y luego estuve dos años en San Marino”.

Pero todavía le faltaban traspiés, como cuando quedó fuera de la selección italiana. “Se decepcionó mucho”, relató Montero. “Le dije, Leo, ocúpate de lo que tú puedas hacer y no de que otros en una oficina te metan en una lista”.

Y de esa también se levantó. Le pidió a Montero que le hiciera el puente con Cardenales de Lara, pero desde su tierra natal solo le ofrecían invitación a los entrenamientos. A la semana siguiente le extendieron un contrato garantizado en el Caracas, con Víctor Gárate como su fiador. “Fuimos compañeros en Italia y me recomendó. Él sabe lo que puedo hacer: defensa,  velocidad y mi bateo hacia la banda opuesta. He trabajado en pegarle fuerte a la bola hacia los canales. Antes solo me enfocaba en el contacto”.

Ferrini estaba claro desde el primer momento que al llegar Wilfredo Tovar sus días de campocorto titular del Caracas quedarían atrás, pero sigue ayudando de otras maneras.

“Creo que por el tema de las restricciones los equipos necesitan experiencia”.

Y Ferrini está allí para brindarla porque, aunque debutante, no se siente novato. 

“Oportunidades va a tener porque sabe lo que tiene que hacer”, garantizó el mánager Harry Guánchez, sobre su gladiador peso pluma.

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