Caracas.- De un campeón siempre se espera gloria, por eso cuando Harold Ramírez se unió a los Leones del Caracas para el comienzo de los playoffs un aire de tranquilidad se respiró en el dugout capitalino. Se sentían doblemente reforzados y tenían muy claros sus objetivos. Sin embargo, al campeón bate de la ronda regular le costó bastante ponerse a tono y terminó esa primera serie bateando apenas para .227 (22-5), lo cual lo obligó a replantearse en el home plate y a hacer ajustes importantes que ahora mismo han sido muy productivos para los capitalinos.

“Cuando llegue a Caracas tenía, más o menos, 25 días sin ver un pitcheo y me sentía súper extraño en el home. Estaba un tanto ansioso y quizás por eso las cosas no salieron tan bien en la serie ante Tigres, pero gracias a Dios ya hice mis ajustes, me siento excelente y eso se está viendo en los números”, comentó Ramírez, que ahora está entre los 10 mejores promedios de la semifinal con un average de .375 (8-3).

El colombiano, que golpeó para .381 en la eliminatoria, aseguró que el trabajo con el cuerpo técnico le permitió recuperarse rápidamente  para poder aportar al conjunto capitalino e insistió en que ahora es cuando hay que mantenerse concentrado, pues está en juego el pasaje a la Serie Final.

A su juicio, la misión de los capitalinos es ganar al menos dos juegos en Puerto La Cruz, donde la tribu ha lucido invencible en esta postemporada y donde ha ganado sus últimos 10 partidos, sin incluir finales. Será vital, no sólo producir con el madero, sino que los brazos de Leones logres detener a la peligrosa ofensiva local.

“Ganarles aquí en el Puerto es la clave de esta serie. Regresar a Caracas tiene que ser el objetivo común de todos. El equipo está chévere, los bates están respondiendo y lo que queda es que el bullpen haga su trabajo y no les permita pequeñas reacciones que pueden comprometer el juego, como ocurrió el domingo. Confío en mi equipo y estoy seguro que, con Dios por delante, vamos a salir vencedores", precisó.

Y más allá de lo reñidas que han sido las series semifinales, el jardinero, que por estos días actúa como designado, está casi seguro de que este año Leones regresarán a la final por primera vez en ocho campañas. Y a propósito de ello confesó que le gustaría tener como rival a los Navegantes del Magallanes, equipo al que sólo han visto en tres series decisivas pese a la inmensa rivalidad que profesan desde hace más de 70 años. Ramírez insistió en que una serie de este tipo pondría broche de oro a la temporada 2018-2019.

“Aquí todos queremos ser campeones ese es nuestro objetivo y no debemos detenernos en el rival, pero sinceramente si tuviese que escoger al otro finalista me gustaría que fuese Magallanes porque la rivalidad entre estos equipos es muy sabrosa, la energía, la fanaticada, todo es mágico", explicó Ramírez, que sin saberlo evocó la última final a la que asistieron los Leones en la campaña 2009-2010.

En aquella oportunidad los melenudos se impusieron en siete juegos a los eléctricos y en el José Bernardo Pérez de Valencia se titularon campeones para terminar con el yugo que Magallanes les había impuesto en 1994 y 1997, cuando se disputaron las dos únicas finales en las que habían coincidido hasta entonces. Una nueva página en la historia de la rivalidad más grande de la pelota criolla podría escribirse este año tal y como desea Ramírez, que aseguró que ya es momento de nivelar las cosas. Aunque nada está escrito y queda mucha tela que cortar en las semifinales.